No fumadores

27/3/12

Buscando la perfección

Estas tres palabras que me sirven de título a la entrada son las responsables de montones de lágrimas que están corriendo ahora mismo, y no tan lejos de ti. Quizás seas tú quién llora, o tu hermano, tu hermana, tu mejor amigo o esa chica que apenas conoces de tu clase. Todo por buscar la perfección, sobre todo la física.

Allá donde mires hay perfección. ¿O no? Nos quieren vender una perfección que no existe. Las modelos que pasan hambre, llegando a los límites, sirviendo de simples perchas para diseñadores ( la mayor parte misóginos ) que las visten con ropa horrible. Pero no siempre la perfección está ahí, en una persona.
Un simple anuncio de una colonia en una revista. A nadie se le ocurre que podría anunciarlo una fea. Lo anuncia una guapa, pero no sólo una. Las piernas son de ésta, los pechos de esta otra, las manos de aquella y el rostro de esta tan maquillada.
Sólo unas cuantas personas en el mundo son guapas, y digo guapas, no perfectas. Incluso algunas de esas guapas, abrumadas por la "perfección" que las rodea, se vuelven monstruos deformes, con huesos salientes, montones de operaciones y cientos de cremas en el baño, luchando contra el tiempo.
Tan alarmante es, que es motivo de alegría para muchas chicas el estar por debajo de su peso normal. Y si el mundo somete a presión a esas esbeltas jovencitas, las gordas ( fuera eufemismos ) las pasan putas por tener una vida normal. La sociedad perfeccionista considera imperfecta a tu amiga, que pesa 45 kilos, ¿cómo te verá a ti? Y luego lloramos por los trastornos alimenticios.

De lo peor que yo he podido ver han sido esos concursos de belleza de niñas llevados al extremo. Pequeñas que no quieren Barbies, sino coronas por ser la mejor, y lo peor, madres ( muchas veces gordas y feas, todo hay que decirlo ) enfadadas consigo mismas que han tenido la suerte de tener una pequeña agraciada y cumplen sus sueños en ella. No sólo maquillan a sus hijas para competir, porque muchas de niñas nos hemos maquillado los morros llegando hasta la oreja como forma de diversión, sino que se llega al extremo de inyectarlas bótox, vestirlas provocativamente o someterlas a estrictas dietas que estropearan su crecimiento por completo.

Pero no sólo el cruel mundo de la apariencia física y de la moda busca la perfección. La constante presión por sacar buenas notas o hacer un gran trabajo te lleva la vida, y aunque en España no seamos muy dados al trabajo porque sí, en países como Japón el índice de suicidios es alarmante. Su interminable búsqueda de la perfección acaba con su vida.

No sé qué se podría hacer. No voy de filósofa, sólo soy una adolescente, pero sé ver el problema, y espero que todos lo veamos antes de cometer alguna locura, o ser alguien más que está dispuesto a lo que sea con tal de alcanzar esa supuesta perfección. Y después, la frustración al no poder conseguirla, al dejarte la vida y seguir siendo imperfecto, nos puede llevar por el mismo camino que los pobres japoneses.

13/3/12

Concurso de fotografía [Bases]

¡Hola! Bueno, como he dicho en Tuenti y en el evento, he pensado en hacer un concurso de fotografía. Repito, de FOTOGRAFÍA, no de edición de fotos.
El tema del concurso será la lluvia, un tema muy ambiguo para que podáis desarrollar vuestra imaginación. Las bases son las siguientes:

  1. Las fotografías deben ser vuestras. Comprobaré que no ha sido cogida de Internet (si es así, averiguaré si el sitio donde salió la foto es vuestro o no).
  2. Las fotografías no deben ser editadas. Esto significa que no quiero ni Photoshop, ni Corel, ni Picnik, nada de nada. Fotografías al natural, por así decirlo.
  3. Todas las fotografías deben de estar acompañadas con un pequeño texto, de no más de una página de Word, que tenga relación con ella.
  4. La fecha límite para entregarlas será el día 31 de marzo, sábado. Se anunciarán los ganadores en una twitcam el 5 de abril, a eso de las cinco o las seis (ya se determinará la fecha, no os preocupéis). Si alguien tiene algún problema con esa fecha, los ganadores del concurso tendrán una entrada en el blog para cada uno.
  5. Habrá cinco ganadores, teniendo en cuenta la calidad de la imagen y la redacción del texto. Sin embargo, el número de ganadores variará dependiendo de cuántos participen. Es decir, si participa mucha gente, el número de ganadores subirá a diez. Yo creo que es una buena razón para que participéis, ¿no?
  6. El premio será una entrada individual para cada uno de ellos, con la foto, el texto y publicidad en el caso de que quisiera que se hiciese. Además, la mención en la twitcam y una especie de presentación con todas las fotos ganadoras.
  7. Para concursar, tenéis que enviar la foto y el texto (este en un documento de Word) a mi correo electrónico (si pincháis ahí sale) antes de la fecha límite.
Si tenéis alguna duda, podéis dejar un comentario aquí, mandarme un privado a mi Tuenti, Lady Carla Tresdosnueve o un correo electrónico.
¡Un beso y buena suerte!

11/3/12

Dando la nota 1.

¡Hola! Llegamos con cositas nuevas para el blog :) Una de ellas es la nueva sección, "Dando la nota". Subiremos cada domingo una entrada con música/canciones que nos gusten, una semana yo y otra Sara. ¿Qué os parece? También podéis ponernos sugerencias de música que os guste en un comentario.
¡Un beso! ^^

Esta semana, para inaugurar la sección, os traigo un poco de... ¡Lujuria!
Lujuria es un grupo español de rock algo... verde. Bueno, no hace falta que os lo explique, ¡su nombre lo dice todo!
La canción que os traigo es una de mis favoritas de este grupo... Una preciosa balada de desamor. Quienes me conocen saben (o eso creo) por qué me gusta tanto esta canción, Cadena perpetua lejos de ti. Si no has escuchado aún esta canción, seguro que te enamoras de ella (por lo menos de la letra, a mucha gente no le suele gustar la voz del cantante...).
Ah, y un aviso. Si piensas escuchar Lujuria porque te ha gustado este tema, ten cuidado. Esta es la única canción, a excepción de otras dos, que tiene Lujuria de este tipo.
Bueno, no me enrollo más y os dejo la letra y el vídeo.
¡Que la disfrutéis! :D


Con siete llaves cerré mi corazón,
Tire las llaves al fondo de un volcán,
Que no quería sufrir más por amor,
Que a mí el amor,
Siempre me ha tratado mal.

Aun no entiendo, por dónde se coló,
Grabó su nombre, en mi soledad,
Sus ojos verdes, fueron la razón,
De mi sonrisa, en cada despertar.

Igual que un preso,
Sentencias sobre mi amor,
Toda una vida,
Me condenas a vivir,
Cadena perpetua lejos de ti.

Solo,
Otra vez solo,
Hielo en tus palabras,
Queman mi esperanza.

Solo,
Otra vez solo,
Me atan tus cadenas,
¡maldita condena!

Aunque en mis luchas,
No pienso en la rendición,
Hoy estoy preso,
Condenado a vivir,
Cadena perpetua lejos de ti.

Spes, spei.

Y, entonces, Pandora abrió la caja. De ella salieron todos los males: la peste, el hambre, la muerte. Cuando quiso darse cuenta, ya era demasiado tarde. Tapó la caja en un vano intento de reparar el error que había cometido. Allí, en el fondo de la caja, quedó guardada la esperanza.


La esperanza... un término tan ambiguo que entran escalofríos con solo pensarlo. Dicen que lo último que se pierde es la esperanza, ya que fue lo único que quedó guardado en el pequeño cofre que los dioses entregaron a Pandora. Pero, fijaros bien en lo que acabo de decir. La esperanza estaba dentro de la caja. ¿Qué quiere decir eso? Que los griegos, cuando se inventaron este mito, ya eran muy sabios.
La esperanza no es más que otro mal, sino el peor de todos. Podría apostarme algo a que cualquiera de vosotros se ha pasado días, semanas, meses o incluso años esperando a que sucediera algo... y, de repente, todos los sueños, las esperanzas que teníais depositadas en algo, se evaporaron como si estuvieran hechas de humo. Y es que la esperanza es algo muy  ambiguo. Muchas veces nos decimos a nosotros mismos que tengamos esperanza. ¿Para qué? ¿Para que, cuando nos queramos dar cuenta de que no va a suceder lo que queremos que suceda, la realidad nos golpee con un mazo de hierro?

26/2/12

Frases latinas

No, no tiene nada que ver con los "latinos" de América del Sur. Más bien, con los latinos del Lacio.
Hace unos momentos comentaba en Twitter que me encanta el libro que nos han mandado leer en latín. No solo por la historia de Roma, sino por el contenido filosófico con el que el autor explica la situación en Roma y la relaciona con nuestro presente. Algún día os haré una reseña de este libro (Una de romanos, de Carlos Goñi), pero hoy no.
Hoy he venido a poneros unas cuantas frases o locuciones latinas que aparecen en el libro. A vosotros puede que no, pero a mí me parece bastante interesante (será porque soy de letras). Así que espero que os gusten y podáis apreciar que la cultura romana no está tan alejada de nosotros como algunos piensan.

  • Ad Kalendas graecas soluturos: Pagarán en las calendas griegas. Es una expresión utilizada por Augusto para referirse a los hoy conocidos como "morosos". Es como una especie de chiste, ya que los griegos no tenían calendas (entendidas por los romanos como el primer día del mes), por lo que los morosos de la época no pagarían nunca.
  • Ante diem bis sextum Kalendas Martias: ¡A ver si pilláis lo que significa! Si juntáis dos palabras, lo conseguiréis. No sé si lo habéis conseguido, pero lo digo: Bis-sextum. Lo que viene siendo bisiesto, vaya. Es diferente al nuestro, ya que se repetía el día 24 de febrero cada cuatro años.
  • Graecia capta ferum victorem cepit, et artes intulit agreste Latio: La Grecia conquistada conquistó al bárbaro conquistador, e introdujo las artes en el agreste Lacio. Esta frase de Horacio refleja perfectamente la actitud de los romanos hacia otras culturas, sobre todo hacia la griega. Los romanos sentían un profundo respeto y admiración hacia los demás. Eso hizo que adoptaran un montón de dioses (prácticamente todo el panteón griego y muchos de las culturas orientales), que hicieran suyas las costumbres de otros y la forma de organizar su sociedad (la organización de la enseñanza, por ejemplo, es casi un calco de la griega).
  • Homo homini lupus: El hombre es un lobo para el hombre. Fue enunciada por Plauto y después por Thomas Hobbes. Sobre ella no hay mucho que decir, ya que es una frase clara y concisa. Nuestro peor enemigo son nuestros semejantes, y luchamos contra ellos por conseguir ser más que otros.
  • Inter armas silent leges: Entre las armas enmudecen las leyes. Bonita frase, ¿eh? Durante siglos, nuestra sociedad ha funcionado así. En las guerras, las leyes, las palabras, no tienen valor alguno. Solo importa el ser mejor que alguien, el ser superior. La victoria es la única ley, pero, ¿a qué precio?
  • Non omnis moriar: No moriré del todo. Horacio tenía toda la razón al pronunciar estas palabras. Gracias a sus obras, una parte de él sigue vive en nuestra memoria, en nosotros.
  • Memento homo es!: ¡Recuerda que eres hombre! Estas palabras, susurradas por un esclavo a un general, se pronunciaban en los desfiles triunfales. Siglos después, se convirtieron en tópico literario. Los romanos necesitaban a alguien de la más baja clase social (ni siquiera eran una clase social) que les recordara que eran humanos. Sin embargo, la fama se les subió a la cabeza, y acabaron cometiendo las locuras que cometieron.
  • Parturient montes, nascetur ridiculus mus: Los montes se pondrán de parto y nacerá un ridículo ratoncito. Con esta frase, Horacio ironizaba sobre aquellas personas que hablan de algo grandioso que, al final, acaba siendo una nimiedad, un ridículo ratoncito.
  • Verus amicus nunquam amicorum obliviscitur: El verdadero amigo jamás se olvida de los amigos. Como con "homo homini lupus", creo que no hace falta añadir nada.

24/2/12

Capítulo 1.

Se despertó, sobresaltada. Su respiración estaba muy agitada y su corazón palpitaba con fuerza. Otra vez esa pesadilla. Otra vez Aura.
Se sentó en la cama, esperando a que su respiración volviera a la normalidad. Pulsó el botón de la luz del despertador: las cuatro de la mañana. Sabía que no volvería a dormirse, después de lo que había soñado. Así que bebió un trago de agua de la botella que siempre dejaba sobre la mesilla, se puso unos calcetines y se levantó.
Un bostezo se escapó por sus labios mientras caminaba perezosamente al cuarto de baño. Encendió la luz, entrecerrando los ojos, molesta. Sus ojos, de un marrón verdoso, no solían acostumbrarse rápidamente a la luz. Se lavó la cara con agua fría y se miró en el espejo.
Unas enormes ojeras adornaban su pálido rostro, salpicado por algunas pecas. Llevaba así desde la semana pasada. Cerró los ojos y negó con la cabeza. La situación en su casa, en su vida, iba de mal en peor. Las cosas se estaban complicando cada vez más, y no sabía qué hacer para detener la tormenta que se arremolinaba sobre su cabeza.
Volvió a mojarse la cara. Hacía mucho calor. ¿Por qué demonios se había puesto los calcetines? Salió del baño y volvió a su habitación, descalzándose por el camino.
Encendió la luz, y miró a su alrededor. Miles de recuerdos acudieron a su mente, riéndose de ella, de su dolor. Respiró hondo, intentando contener las lágrimas, y encendió el ventilador. Se sentó sobre la cama y miró a través de la ventana abierta, observando la oscuridad reinante en el exterior.
Millones de estrellas iluminaban la noche, como si se trataran de un conjunto de diminutas velas colocadas sobre un ataúd. Eso atrajo más recuerdos hacia ella, que intentó apartar sacudiendo la cabeza. En vano.
Su móvil vibró en la mesilla. Era un mensaje de su madre. Tardaría un par de días en volver de aquel viaje de trabajo. La preguntaba por su estado de ánimo. La pedía que comiera. La sonreía a kilómetros de distancia.
Apreció aquel pequeño detalle, pero solo un poco. La hubiera gustado que su madre estuviera allí, para apoyarla en aquellos momentos tan difíciles para ella. Se había marchado en uno  de los momentos más duros de su vida, dándola una noticia que había terminado por hundirla.
Soltó un suspiro y dejó el móvil sobre la fina sábana de la cama. Alzó la cabeza y volvió a mirar a las estrellas. En ese momento, no pudo evitar echarse a llorar.
Todo se había complicado tras la muerte de su mejor amiga.

22/2/12

Prólogo.

¡Hola! :)
Como ya avisamos cuando abrimos el blog, Sara y yo habíamos pensado en escribir una historia entre las dos... ¡y aquí la tenéis!
La historia, de momento, se va a llamar Adianey. Tratará... bueno, eso ya lo comprobaréis a medida que vayáis leyendo.
La forma de subir capítulos será que yo escriba uno y Sara otro, y así sucesivamente. Aquí tenéis, para empezar, el prólogo de esta historia. Esperamos que os guste <3


Se encontraba en una carretera de montaña, donde reinaba el silencio de la medianoche. La luz de la luna iluminaba con delicadeza el asfalto, en el que resaltaban fuertemente las marcas de las ruedas de un coche accidentado. Dio unos pasos hacia delante, hasta donde las marcas hacían un giro extraño y siniestro. Miró hacia el frente. Allí, en el hueco que se había formado al romperse los quitamiedos, estaba ella.
Su pelo, negro como la noche, era movido por la débil brisa que reinaba en aquel fantasmagórico lugar. Sus alas, también negras, la cubrían casi por completo. La muchacha se levantó, revelando una delgada figura, cubierta por un vaporoso vestido blanco. Se dio la vuelta y la miró con unos ojos negros y fríos, que la hicieron estremecer.
- Volveremos a vernos, Adianey.- susurró.

19/2/12

¿Por qué lees?

¿Sencilla? cuestión. Hoy los términos "adolescente" y "lectura" se unen en muy pocas ocasiones. Cuando lo hacen, un par de veces al año, es por obligación. Pero hay unos pocos afortunados que sabemos disfrutar de la lectura. Saboreamos cada palabra, cada página y cada capítulo, devorando las frases como si nos alimentaran de verdad.

¿Por qué lees? me preguntan a veces. La cuestión es ¿Por qué tú NO lees? ¿Por qué ves películas, series, o programas sin esfuerzo y te cuesta tanto abrir un libro? Me gustaría saberlo. ¿Es porque las imágenes tienes que crearlas tú, es eso? ¿Es porque tus amigos van a pensar que eres un friki?
En el primer caso, por favor, esfuérzate. No sabes lo gratificante que puede ser crear tus propios personajes, tus propios lugares y tus propias situaciones a partir de lo que otro te ha dado. Poder ir al cine y decir "¡Eh! No me le imaginaba así!".
Vale, ¿sabes por qué leo? Siguiendo la estructura de una de mis estrictas profesoras y adicta a lo esquemático, te lo pondré por puntos:

1. Estoy rodeada de libros: ¿Qué es esto? Bueno, es una de las razones que sólo sirve en mi caso. VIVO de los libros. Ya no mentalmente, sino realmente. Que si no compráis libros, yo no tengo para comer, a ver si nos entendemos. Yo sola, en mi habitación, devoraba libros y libros que mis padres traían de su trabajo, queriendo saber qué importancia tenían aquellas letras revueltas que aparecían en todos lados. Con 4 años recién cumplidos y libro de "Hänsel y Grettel" en mano, era capaz de leerlo yo sola y más fluidamente que ningún niño de mi colegio. Fue un factor que me influyó, definitivamente.

2. Redacción y ortografía: Si no te gusta leer y eres defensor del "aver", devorador de haches, te "arrascas", y tus frases son claros ejemplos de polisíndeton, te recomendaría LEER. No te cuesta nada, e, igual que hay películas que te encantan, busca bien y encontrarás libros que también te encanten. Simplemente leer conseguirá transformar tu "orcografía" en algo decente. Te puede parecer una tontería, pero echa mucho para atrás una persona que apenas sabe conjugar verbos, y pronuncia "inglesia" "asín" y hace las cosas "aluego". Igualmente cogerás soltura, y aunque tengas lapsus disléxicos como yo ( no es muy raro que yo diga "Tengo el bolso en el móvil" ) podrás ser más concreto. Dejarás de decir "Esto se nos ha jodío" para deleitarnos con un "Ha ocurrido un percance con lo que tenía previsto". Te puede dar igual si hablas con tu colega El Richar, pero para momentos serios mola un pegote hablar con popriedad. Si no te convence, sigue leyendo ( qué ironía )

3. Evadirte: Puede parecer triste, pero yo, al menos, necesito olvidarme del mundo que me rodea en muchas ocasiones. Me encanta ser Harry y enfrentarme a Voldemort. Lo prefiero a salir a mi mundo y enfrentarme a mis problemas sin importancia de adolescente. Se me hace fácil sentir el miedo que siente él, sacar conjeturas de qué tendrá planeado El-que-no-debe-ser-nombrado, pensar qué será el próximo Horrocrux o sentir la adrenalina en la batalla. Me cabreo cuando un personaje se enfada con otro. Cuando una pareja rompe. Eso es lo bonito. Mejor que el 3-D. El libro te rodea, te absorbe y te hace un personaje más, que nunca habla, nunca interviene, pero siente todo lo que sienten los demás.

4. Disfrutar: Así, simplemente. Está ligado con el punto anterior. Sentirte en la historia. Tener esa sensación de "todo es posible" que tienes cuando sales del cine. Enamorarte de los personajes, enfadarte con ellos, gritarles lo que deberían hacer como si estuvieras en un plató de televisión cuando el concursante pregunta al público "¿Me planto?".

Lo mejor que puedes hacer es abrir un libro. Sólo prueba. Si no te gusta ese libro, coges otro. Te aseguro que te vas a enganchar, que hay algo para todos. Y cuando estés enganchado y tus amigos te critiquen...¿crees que llevarán razón? Vivimos en una sociedad suficientemente preocupada por lo que piensen los demás como para que lo permitamos. Engancha a tus amigos. Cámbialos por alguien con más cabeza. Simplemente, sé feliz. Porque eso es lo que me gustaría responder cuando me preguntáis que por qué leo.

Leo porque me hace feliz.

14/2/12

Momentos en los que...

... No sabes si los "te pegas un tiro" y "quieres matarnos" de blog tienen un significado positivo o negativo.
... Piensas: "¡nuestro disfraz es la puta hostia!" y, cuando ves las fotos, quieres quemarlas.
... Te partes el culo porque Sara dice "guirato" en vez de "garito".
... Te comerías 891273891246 tortitas, todas ellas untadas en nocilla.
... Matarías a griegos y romanos por haberse inventado la tercera declinación.
... Quieres mandarlo todo a la mierda, pero viene cualquier gilipollas y te saca una sonrisa.
... Sientes vergüenza ajena al ver a chonis, canis y demás calaña.
... Abrirías en canal a esas personas que se ponen camisetas de grupos que detestan.
... Intentas hacer la voltereta hacia delante, te mareas y te caes hacia atrás en la colchoneta.
... Te pones a gritar: "¡yo he estado ahí!" cuando aparece en la televisión un lugar que has visitado.
... Cantas a gritos "Smell like teen spirit" con tus amigas mientras bajas una cuesta.
... Coges un muelle y lo tiras por el retrete.
... Te estornudan en la cara.
... Ríes por cualquier estupidez, la gente te mira raro porque te ríes y tú te ríes aún más.
... Intentas imitar la escritura cani y tardas cinco minutos en escribir una puta frase.
... Matrix te hace pensar que todo lo que hay a tu alrededor no es real.
... Lloras porque tu imaginación se ha tomado vacaciones y no quiere volver.
... Escribes, lees lo que has escrito, no te convence, lo borras y lo vuelves a escribir.
... Alguien llora, te hace llorar, se echa a reír porque te has puesto a llorar y hace que te rías.
... Te pones nostálgica y la nostalgia te hace llorar.
... Quieres sacarte un moco pero estás hablando delante de una clase con más de veinte personas.
... Intentas acabar lo antes posible para que las veinte personas te dejen de mirar y puedas sacarte tranquilamente el moco.

Como no se me ocurre nada más, he tenido la genial idea de que sigáis vosotros. Si os ha gustado, poner vuestros "momentos en los que..." en un comentario. ¡Gracias! ^^

12/2/12

Paralelepípedo

¡Hola, hola! Soy Sara, la otra parte de este blog, ¡y he aparecido! Yo no soy tan profunda como Garonne, así que simplemente voy a inaugurar este blog quejándome. Soy mucho de quejarme.

El otro día me encontraba entre la multitud de gente que conforma mi instituto. Un instituto lleno de gente hipócrita, falsa, superficial y tantos y tantos otros adjetivos que por desgracia, describen a la mayor parte de los adolescentes. En una de esas, una chica de 15 años comentó lo arrepentida que estaba de haber empezado a consumir alcohol. Todo atisbo de sentido común fue disipado por una de sus amigas, que la reprochó lo tonta que era y alegó que ella bebería como una loca. La tercera de las amigas estaba enfadada con las otras dos porque el disfraz que habían elegido para Carnaval no era lo suficientemente sexy.

Podréis pensar que exagero, por desgracia, nada de esto es así. Tan sólo una hora más tarde, no conseguí entablar conversación con esas chicas sacándolas el tema de la sanción a Alberto Contador, sencillamente porque no sabían quién era ese. Pensando que el deporte no era su pasión, lo dejé pasar. Más tarde y por cachondeo, una compañera y yo preguntamos a ese grupillo si sabían siquiera quién nos gobernaba.

Respuesta: ¿Zapatero?

Por desgracia, yo soy la ignorante de mi clase, ya que no le pongo cara a un chaval apellidado "Lacasitos" en Tuenti con el que se lió el sábado pasado la popular.

Y esto es así. ¿Cómo nos va a tomar en serio alguien? ¿Cómo pueden siquiera pensar que hay un futuro cuando no se lo estamos demostrando? El 90% de las chicas están ocupadas por la ropa, por lo sexys que son, por el próximo concierto de Juan Magán o porque tal chico les ha hablado.
Puede que yo también me preocupe ( y mucho ) por la ropa que llevo, por mi aspecto, por el concierto de alguien, o por mi chico. Pero al menos, puedo decir orgullosa que soy más culta que todas ellas.

Prefiero no pensar en su ignorancia y miro para otro lado. ¿Y qué veo? A mi mejor amiga de la infancia planeando donde colocarse ese fin de semana.

Suelo pasar de ello, aunque sí, me duele. Entonces pienso, ¿influirá esto en otra gente? Sí, y para mal. Y entonces veo a mi cuñadita de 12 años enfurruñada porque su madre no le da tinto de verano para salir en las fiestas del pueblo. ¿Debo sentir vergüenza yo por estar a su edad jugando al fútbol en el parque y viendo Digimon? No voy a negar que yo también me preocupaba por si tal chico me miraba o no. La diferencia es que ellas ni se acuerdan de qué chico les gustaba la semana pasada. Yo, tras casi cuatro años, sigo junto al mismo chico ( ea, no miento, llevo sólo los dos últimos años con él, cotillas, los anteriores éramos amigos )

Puedo parecer una listilla remilgada, ¿y qué? Pues lo siento, pero sí me siento orgullosa de saber qué pasa en el mundo en el que vivo, de disfrutar con cada línea de cada libro que ellos no leerán por estar destrozando sus cuerpos, de cada verdadero sentimiento y no de sus amistades y amores semanales.

Pues ea, mis amigos "frikis" y yo somos más felices que tú y tus noches que no puedes recordar.

Así que a los que tenéis un poco de cabeza os pido que gritemos. Que gritemos que existimos y que nadie puede ocultarnos.

8/2/12

Y te recompensará con el infierno.


Corre, huye, sobrevive. No mires atrás. O te atrapará entre sus fauces la destrucción más devastadora. O no sobrevivirás al gran holocausto.

Era una noche harto oscura. La lluvia caía con fuerza, mojándolo todo e impidiéndome ver con claridad. Grandes charcos se formaban en aquel laberíntico bosque. El viento mecía sin clemencia a los árboles, moviéndoles de un lado a otro sin cesar, haciendo que me rozaran en la cara, causándome heridas en la piel. No había luna ni estrellas que me iluminaran el camino en esa noche final.
No podía dejar de correr. Aunque mis músculos me pidieran que parara, aunque mi corazón estuviera a punto de decir: “¡Basta! Hasta aquí hemos llegado”.
Tenía que seguir corriendo. Tenía que salvar mi vida.

Terminé de vestirme y me miré en el espejo. Estaba muy pálida, y aquel vestido negro resaltaba aún más mi palidez. Mi pelo, de un rojo intenso, caía en suaves ondas por mi espalda. Mis ojos verdes brillaban, reflejo de la emoción que recorría mi cuerpo en esos momentos. Había llegado la gran noche.
Cogí el rímel y comencé a maquillarme. Quería que mis ojos quedaran remarcados por una negra oscuridad. Sonreí ante la perspectiva de que la oscuridad comenzara a formar parte de mí desde esa noche. Terminé con los ojos y me apliqué un poco de gloss en los labios. Tenía que estar perfecta.
No me eché colonia. Ellas me habían dicho que me rociarían con una especie de perfume, y que no debía alterar dicho olor con colonias. Suspiré. Solo me faltaba recoger mis cosas y dirigirme hacia el bosque.
Entré de nuevo en mi habitación y cogí el pequeño saquito que había cosido para aquella ocasión. Era de terciopelo negro, con un cordel de color dorado. Busqué la lista que me habían dado con las cosas que tenía que llevar: un crucifijo, cerillas, un papel con mi nombre y un cuchillo. No sabía exactamente en qué consistía aquel ritual, pero estaba preparada. Quería hacerlo. Quería formar parte de ese mundo que me fascinaba desde que era pequeña.
Metí todo en el saco y salí de la habitación. Di gracias porque mis padres se hubieran ido aquel fin de semana a una casa rural en la montaña.
Una vez en la calle, me dirigí hacia el bosque. La luna llena comenzaba a salir. Y estaba a pocos pasos de comenzar mi nueva vida.
Lo que no sabía es que, en realidad, iba a terminarla.

“Hola. Hemos estado observándote y hemos decidido que eres la candidata perfecta para ser un nuevo miembro de nuestro aquelarre. Si quieres iniciarte en nuestros ritos satánicos, pega un pentáculo en tu ventana, y nosotras lo sabremos.
Satánicos besos.”
Esa fue la primera carta. Indecisa, creyendo que era una broma, me pasé aquella noche en vela, pensando en qué debía hacer.
Por una parte, era mi sueño. Desde siempre me había gustado la brujería, el satanismo, todas esas cosas ocultas que la Iglesia y mis padres trataban de prohibirme. Sin embargo, siempre había sabido de ellas, siempre me habían fascinado. Y, en esos momentos, tenía la oportunidad de conocerlas a fondo, de formar parte de ellas. ¿Dejaría escapar algo así?
Corriendo el riesgo de que se tratara de una broma pesada por parte de mis compañeros de clase, me levanté de la cama y, a las cinco de la mañana, pegué con celo un pentáculo en la ventana de mi cuarto.

- Llegas justo a tiempo.- dijo una voz cuando entré en el claro. Aparecieron de entre las sombras tres figuras. Las tres llevaban una capa negra y vestían unas túnicas rojas. Se bajaron la capucha y me miraron fijamente. Eran tres mujeres, muy parecidas, con el pelo negro y rizado y los ojos color miel.
- La luz de la luna ilumina directamente el claro.- habló la mujer que estaba en medio.- Es el momento propicio para tu iniciación. ¿Has traído lo que te dijimos?
- Sí.- dije, con la voz temblorosa. Le tendí el saco de terciopelo negro. Ella comprobó que había llevado todo lo necesario y asintió con la cabeza. Me devolvió el saco.
- Comencemos.- dijeron las tres a la vez. El viento comenzó a soplar, como si supiera que un gran cambio se avecinaba.
Las tres mujeres se hicieron a un lado y pude ver que, en el centro del claro, habían colocado velas, de tal forma que dibujaban un pentáculo.
- Descálzate. Coge las cerillas y enciende las velas una a una.- me ordenó la mujer de la izquierda. Asentí, me descalcé y caminé hacia las velas.- Cuando hayas terminado, entra en el centro del pentáculo y quema el crucifijo. Procura que esté invertido.
- Esto simbolizará tu renuncia a la Iglesia y a su concepción del mundo.- explicó la mujer de la derecha. Era la misma voz que había hablado en primer lugar.
- Después, quema el papel en el que has escrito tu nombre.- continuó ordenándome la mujer de la izquierda.- Significa que renuncias a tu antigua identidad, y que, a partir de esta noche, eres una mujer de las sombras.
- Por último,- dijo la mujer del centro.- hazte un corte en la mano y mezcla tu sangre con esto.
Sacó un frasquito de cristal de su túnica y me lo dio. Contenía un líquido rojizo y espeso. Me estremecí. Era sangre.
- De esta forma, comenzarás a formar parte de nuestro aquelarre y estarás hermanada con nosotras.- terminó de explicar.- Luna, rocíala el perfume.
La mujer de la izquierda, Luna, se acercó a mí con otro frasquito, idéntico al que me  había dado la mujer del centro, pero con un líquido amarillento. Luna destapó el frasquito y el olor de aquel extraño perfume me llegó como una bofetada. Era un olor muy fuerte y penetrante, tanto que hizo que me empezaran a escocer los ojos. Cogió un pañuelo y lo impregnó con aquel perfume. Después, me frotó con el pañuelo en el cuello y en las muñecas. Apreté los ojos para contener las lágrimas.
Luna se retiró y se puso en el mismo sitio de antes. Las tres se subieron sus capuchas.
- Venite mecum, inferni daemones, a nova vitam.- comenzaron a recitar en voz baja. Era la señal. El ritual comenzaba en ese mismo instante.

Mientras encendía las velas una a una, las tres mujeres no dejaron de entonar su extraño canto, invocando a los demonios del infierno. La única luz provenía de las velas, pues unas oscuras nubes habían tapado la luna, impidiendo que su suave luz iluminara el claro.
Terminé de encender las velas. Con cuidado de no quemar el vestido, me introduje en el pentáculo. Caminé hasta el centro de aquella estrella rodeada por un círculo y me senté de rodillas. Suspiré.
Saqué del saquito el crucifijo. Los cantos de las tres mujeres se hicieron más fuertes mientras sacaba el paquete de cerillas y encendía una. Di la vuelta al crucifijo y lo quemé. Agradecí que hubiera llovido la noche anterior y que la hierba estuviera mojada, pues así evitaba el causar un incendio. Después, saqué el papel con mi nombre y lo quemé.
Los truenos empezaron a resonar por todo el bosque, haciendo que me sobresaltara y que dejara caer el cuchillo. Había llegado la parte final del ritual.
Abrí con manos temblorosas el frasquito con la sangre de las cuatro mujeres. Recogí el cuchillo y miré mi mano. ¿De verdad era capaz de herirme para formar parte de ellas? Respiré hondo, intentando calmarme. Tenía que hacerlo. Era mi sueño.
Apreté los dientes cuando el cuchillo rasgó mi piel. Un par de lágrimas recorrieron mis mejillas. No tenía que llorar, tenía que ser fuerte. Solté el cuchillo y cogí el frasquito. Dejé que la sangre fluyera desde la herida hasta la abertura del frasco. Cuando estuvo lleno, lo cerré. Solté un suspiro. Solo quedaba una cosa.
- Venite mecum, inferni daemones, a novam vitam.- susurré.

Comenzaron los rayos. El viento empezó a soplar con fuerza. Las velas se apagaron de golpe. Las nubes ocultaron por completo la luna, sumiendo al claro en una gran oscuridad, paliada por los rayos y relámpagos que iluminaban el cielo nocturno.
Algo no iba bien.
- ¡CORRED!- gritó la mujer del medio a sus compañeras. A mí, por supuesto, me habían olvidado. Sin embargo, algo en mi interior, un sexto sentido quizá, me dijo que debía hacerla caso.
Y eché a correr.

Lo sentía. No quería girarme, mirar atrás y comprobar si era verdad. El miedo era demasiado poderoso como para hacer eso. Pero sentía que alguien me estaba persiguiendo.
Cada vez estaban más cerca. Corría y corría sin cesar mientras la lluvia me empapaba, mientras la herida de la mano sangraba, mientras me chocaba con las ramas de los árboles.
Estaba exhausta, y sabía que en algún momento iba a fallar. Y, entonces, me cogerían.

Me dolían las piernas. Y el corazón. Y la cabeza. Cada respiración me quemaba en el pecho. Sin embargo, seguí corriendo. No sabía exactamente por qué no podía dejar de correr. Una especie de miedo intenso e irracional oprimía mi corazón, y me instaba a que continuara. Llegué a una especie de claro, donde los árboles habían dejado un pequeño círculo sin ocupar.
Entonces, tropecé con una rama sobresaliente del suelo y caí de bruces. Intenté incorporarme, pero era inútil: me había torcido un tobillo. Me arrastré hasta apoyarme en un árbol. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral, haciendo que me estremeciera. Lo sentía. Estaban allí.
Me di la vuelta y confirmé mis sospechas. Alguien me había estado siguiendo.

- No está mal…- murmuró, mirándome detenidamente.
Eran dos personas. O eso quería creer.
Un chico. Alto, esbelto, lleno de músculos. Su pelo era de un color castaño casi rubio. Sonreía abiertamente, sus dientes eran muy blancos.
Una chica. También alta, guapa, delgada. Su pelo era largo, de mismo color que el del chico, y rizado. Me miró con una ceja alzada, también sonriendo.
Ambos tenían unas alas negras, enormes. Y sus ojos eran rojos como el fuego.
Estaba hiperventilando, tremendamente asustada. Bajé la mirada. ¿Por qué me producía tanto pavor estar con aquellos seres? No lo entendía. Intenté no echarme a llorar.
El chico se acercó a mí y me agarró por el mentón, obligándome a alzar la cabeza y mirarle a los ojos. La respiración se me aceleró. Cada vez tenía más miedo. La sonrisa del chico se hizo más amplia. Era guapo, sí, pero su sonrisa, sus ojos, todo en él me daba miedo.
- Toda tuya.- dijo la chica con una sonrisa malévola.
El chico me miró fijamente a los ojos. Intenté dejar de mirarle, pero me sentía atrapada en su mirada de fuego. Entonces, comencé a sentir algo.
Un dolor más intenso que el fulgor del sol. Sentía como si me arrancaran las entrañas, como si me bañaran en ácido, como si me atropellaran varias veces con un camión. Dudaba que existiera una tortura más dolorosa que esa. Comencé a gritar, sin dejar de mirarle a los ojos. Escuché la risa de la chica, que nos miraba, divertida y con sus ojos rojos brillantes de placer al verme sufrir así.

Y ahora os cuento esta historia desde aquí, desde la nada más absoluta, desde la espera eterna a que llegue la luz. Aquí, en donde las almas aguardan a que llegue su liberación.
Recordando siempre que nunca debí pegar el pentáculo en mi ventana. Nunca debí asistir a ese ritual.
Pues como bien dice el dicho… Haz caso al diablo y te recompensará con el infierno.

7/2/12

"¿Rock? in Río"

Poco a poco, el tiempo pasa, y la fecha de la nueva edición de "Rock in Río" en España está cada día más cerca. 29 y 30 de junio; 5, 6 y 8 de julio, cinco días de música y diversión para aquellos que vayan a Arganda del Rey. Pero, ¿qué tiene de rock todo esto?
Miles de usuarios en Twitter criticaron la falta de grupos rockeros en el festival. @lafugarock, twitter oficial del grupo español "La Fuga", decía: "Si David Guetta y Pitbull van al Rock in Río... ¿a nosotros nos van a llamar del festival de Jazz de San Sebastián?". @evilSinatra, tweetero anónimo, afirmaba que "lo único de rock que tiene el Rock in Rio son las piedras de la entrada al recinto".
Como pueden ver, los amantes del rock se muestran indignados ante la mala "definición" que, con los años, se ha ido ganando este festival. Muchos recuerdan los primeros, a los que asistían grupos como AC/DC, KISS, Queen, Iron Maiden... y comparan esos tiempos con los de ahora: Pitbull, David Guetta, Miley Cyrus...
La pregunta es: si este año hay poco, ¿cuánto rock habrá en el póximo festival?

6/2/12

¿Y si...?


Nuestra vida está llena de condicionantes. Todo depende de lo que hagamos, de las pequeñas decisiones que tomamos segundo tras segundo, a cada momento de nuestra existencia. No sabemos qué pasará después, pero todo lo decidimos nosotros, constantemente, aunque no nos demos cuenta de ello.
De este modo, una pequeña mirada que dirijamos inconscientemente hacia una persona puede hacer que esta se dé cuenta de que sentimos algo hacia ella, y que ese algo cambie la visión que tiene sobre nosotros.
Día a día tomamos decisiones, en ocasiones a la ligera, que determinan nuestro futuro.
Así, el batir de las alas de una mariposa en España puede provocar huracanes en Estados Unidos, haciendo que las vidas de millones de personas cambien con un simple e inocente gesto.
En mi caso, el gesto que lo cambió todo fue salir de casa aquella tarde de diciembre.
Me había llamado para que le fuera a buscar al trabajo. Iba a llegar tarde, ya que él acababa de salir en ese justo momento, así que decidimos que nos encontraríamos por el camino.
La temporada de exámenes había acabado ese mismo día, por lo que, a partir de entonces, tendría las tarde libres. Como aquella, la primera de muchas tardes llenas de libertad.
El invierno se colaba por todos los rincones. Pequeños copos de nieve comenzaban a cubrirlo todo con una fina capa de polvo blanco. La bufanda y los guantes me acompañaban desde hacía un mes, pues ese año, el invierno se había presentado antes de lo previsto.
Salí de casa con prisas, pensando en llegar cuanto antes a él, para así poder marcharnos a algún sitio donde, por lo menos, hiciera algo de calor. Para amenizar el camino, encendí mi I-pod y me puse algo de música, a un volumen considerablemente alto. No había sido un buen día, y necesitaba aislarme un poco del mundo.
Poco a poco, fui acercándome al lugar donde él trabajaba. Entonces, le vi. Tan solo me quedaba cruzar una pequeña carretera, y podría estar en sus brazos. Eché a correr hacia él. Me extrañé cuando le vi gesticulando, con cara de horror. ¿Qué pasaba?
Sí, fueron los pequeños pasos que di aquel día los que me llevaron a quedar en el medio de esa carretera, con ese coche viniendo a toda velocidad hacia mí. Nunca hubo una cara de sorpresa, de miedo, de dolor. Tan solo una sonrisa, que le apuntaba directamente a él.
Morí con un te quiero en los labios, pero él nunca llegaría a saberlo.

Bienvenidos :)

¡Hola!
Aquí tenéis un nuevo blog de la mano de dos autoras noveles: Garonne y Sara. Ambas tenemos blogs a parte, pero un día la dije a Sara: "¿qué te parecería hacer un blog conmigo?", y aquí estamos. No sabemos cómo acabará esto, ni qué demonios subiremos (estamos pensando cosas, pero todavía no está nada decidido). Así que, de momento, nuestro blog es un misterio...
Pero no os desesperéis, que no os haremos esperar mucho.
De momento, podéis ir siguiéndonos... solo por si acaso ;)
¡Besos!

Tan solo es una entrada de prueba.

Como ya he dicho en el título, esto no es más que una entrada de prueba. Así que no sé por qué demonios sigues leyendo. ¿En serio sigues por aquí? Anda, vete a dar un paseo por el resto de las entradas. ¡Pesado, que solo es una entrada de prueba! u.u